¿Qué es la conducta suicida?
El suicidio representa un grave problema de salud pública con alrededor de un millón de muertes anuales en todo el mundo y una tendencia ascendente a nivel global (WHO, 2014; WHO, 2018; WHO, 2019). En España el suicidio se sitúa como la primera causa de muerte no natural desde el año 2008, por encima de los accidentes de tráfico (INE, 2018), y los datos también sugieren una tendencia ascendente (Cayuela A, 2018). Según el INE, en el año 2018 se produjeron 3.539 muertes por suicidio en España (INE, 2019). Las implicaciones de la conducta suicida son devastadoras para los pacientes y sus familias, con una profunda afectación a nivel emocional, social y económico (WHO, 2014).
Lo más habitual es considerar la conducta suicida como un espectro que va desde la ideación suicida hasta el suicidio consumado.
Clasificación (Grupo de Trabajo GPCPTCS, 2012):
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Ideas suicidas/muerte: deseos y pensamientos sobre el suicidio/muerte.
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Comunicación suicida: amenaza y/o plan suicida.
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Conducta suicida:
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Autolesión/gesto suicida: conducta potencialmente lesiva autoinfligida, la persona no tiene intención de matarse, desea utilizar la aparente intencionalidad de morir con alguna finalidad.
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Intento de suicidio: acto voluntario realizado por la persona con el intento de producirse la muerte, pero sin llegar a conseguirlo.
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Suicidio consumado: acto de matarse de un modo consciente, considerando la muerte como un medio o como un fin.
¿Qué factores se asocian a la conducta suicida?
La estimación del riesgo de suicidio se realiza mediante el juicio clínico del profesional, valorando los factores de riesgo que concurren de modo particular en cada persona, en un momento determinado de su vida y ante eventos estresantes específicos (Grupo de Trabajo GPCPTCS, 2012; Grupo de Trabajo GPCPTCS, 2020).
La desesperanza, la soledad o la falta de apoyo social y familiar son algunas de las señales de alerta de que una persona pueda estar considerando el suicidio.
Es frecuente que los días o semanas previos a cometer el acto de suicidio el paciente visite al médico de familia.
Un intento previo de suicidio es el factor de riesgo más importante de suicidio en la población general (WHO, 2014).
En las tablas 1 y 2 se muestran los factores de riesgo individuales, familiares/contextuales y los factores protectores más relevantes (Grupo de Trabajo GPCPTCS, 2012; Grupo de Trabajo GPCPTCS, 2020).
¿Cómo se evalúa el riesgo de suicidio?
La entrevista clínica es el instrumento esencial para la valoración del riesgo de suicidio. La estimación del riesgo suicida de un paciente deberá realizarse mediante el juicio clínico del profesional, evaluando de forma sistemática la presencia de factores de riesgo y factores de protección (Grupo de Trabajo GPCPTCS, 2012; Grupo de Trabajo GPCPTCS, 2020).
A su vez, se deben de recoger las características más relevantes de la conducta suicida, preferiblemente mediante formatos estandarizados y documentando toda la información en la historia clínica.
Ante la presencia de factores de riesgo, es importante que los profesionales de todos los niveles asistenciales incorporen la pregunta sobre el deseo de muerte en la consulta (¿ha pensado en hacerse daño / cómo lo haría / que le ayuda a no hacerlo?), lo cual no aumenta el riesgo de suicidio, sino que permite disminuir la angustia del paciente al permitirle expresarlo.
Si se confirma la presencia de ideación suicida será preciso realizar preguntas dirigidas a valorar la posibilidad real de suicidio (frecuencia y gravedad de las ideas, grado de planificación y presencia de factores de riesgo).
¿Cómo se puede ayudar a las personas que han sufrido el suicidio de un familiar o allegado?
Las reacciones emocionales, como angustia, desprecio, negación, vergüenza o culpa, son reacciones normales de expresión del sufrimiento. A menudo los supervivientes, familiares o seres queridos se obsesionan con el motivo del suicidio o de si podrían haber hecho algo por evitarlo, lo que con frecuencia genera sentimientos de culpa.
Tras un suicidio...
- Preguntar si se puede ayudar y cómo puedes hacerlo.
- Dejar hablar a su propio ritmo, compartirá su dolor cuando esté preparado para hacerlo.
- Tener paciencia con la repetición. Es posible tener que escuchar la misma historia varias veces, forma parte del proceso de superación.
- Utilizar el nombre del ser querido en lugar de él o ella, resulta más reconfortante.
- Escuchar, puede que no sepas qué decir, lo que necesita es tu presencia y escucha incondicional.
- No decir cómo debe actuar o qué debe sentir. Esto es individual y diferente en cada persona.
- Evitar frases como "yo sé lo que sientes"..., a menos que se haya vivido una situación similar.
Información para pacientes y familiares
Fuente:
https://www.fisterra.com/guias-clinicas/el-paciente-suicida/